Los alebrijes como éxito de una comunidad

Durante nuestras últimas sesiones de planeación hemos estudiado el caso de Jacobo y María de los Ángeles, artesanos de Oaxaca y cómo a través de la profesionalización han traído bienestar a su comunidad, esto es un ejemplo para las cadenas regionales de cómo al trabajar enfocados en objetivos claros y con la asesoría adecuada se puede construir un negocio sostenible y que transforma la vida de las comunidades.

Jacobo y María Ángeles comenzaron su camino empresarial organizando un pequeño taller con ocho miembros de la familia y a través del trabajo duro y una visión de negocio clara, hoy cuentan con más de 150 colaboradores y un renombre internacional de su marca.

Han afrontado retos desde el inicio de su emprendimiento hace más de 25 años y han logrado convertir una tradición familiar en arte altamente valorado, ganando premios y reconocimientos internacionales.

Han afrontado grandes retos para la institucionalización y desarrollo del negocio desde la formalización fiscal, desarrollo de canales comerciales, atracción de turismo, diversificación a otros negocios, entre otros.

A medida que su negocio ha ido creciendo han evolucionado y encontrando nuevos nichos, lidiando con mafias y malas prácticas de mercado. Para contrarrestar decidieron no venderle al Gobierno y generar una nueva base de clientes internacionales entendiendo sus gustos de manera diferenciada e inclusive incorporando a San Miguel Tilcajete en la ruta turística de Ocotlán, lo que permitió que más turistas internacionales visitaran su taller.

La experiencia de Jacobo enseñando tallado en el extranjero fue un desafío significativo, ya que tuvo que adaptar sus técnicas. Sin embargo, esta experiencia fue la clave para descubrir la importancia de que los compradores experimenten y comprendan el proceso de producción transformándolo en una experiencia y no en una simple compra.

Para asegurar la continuidad del éxito en su negocio, cambiaron muchos aspectos de su trabajo sin perder su esencia. Se aseguraron de que cada tarea asignada estuviera bien definida y sincronizada. Identificaron diferentes nichos de mercado y ajustaron sus diseños en consecuencia. Aprendiendo de la competencia, mejorando la calidad de su trabajo y reconociendo que sus colaboradores son cruciales, realizando un esfuerzo constante por crear un ambiente de trabajo saludable y que permitiera su desarrollo personal y profesional.

En conclusión, los Ángeles crearon un taller innovador y exitoso que pasó de ser un pequeño negocio familiar a convertirse en una próspera industria artesanal. Superaron los desafíos presentados por la competencia, los cambios en el mercado y las irregularidades adaptándose a mercados de nicho, ofreciendo un producto y un servicio de alta calidad, apoyando y valorando a sus empleados.

En ANEFAR, valoramos estos mismos principios de calidad, innovación y satisfacción del cliente, y continuamos apoyando el crecimiento de las farmacias regionales y su impacto en la comunidad.